;#; **CAMBIO DE ESCENARIO. DESDE MESOPOTAMIA A JARÁN.** ;#; //Pinceladas bíblicas.// Téraj tomó a su hijo Abrán, a su nieto Lot, el hijo de Harán, y a su nuera Saray, la mujer de su hijo Abrán, y salieron juntos de Ur de los caldeos, para dirigirse a Canaán. Llegados a Jarán, se establecieron allí. (Génesis. 11,31) **//Ambientación histórica.- //** La biblia lo dice con claridad. La familia entera de Abram, con su padre Téraj como jefe del clan, decide, o más bien, es impulsado por las circunstancias políticas del momento, -nuevas incursiones contra la ciudad-, iniciar la búsqueda de nuevos pastos para sus rebaños, y se pone en marcha. Nos estamos posicionando históricamente, en el comienzo del segundo milenio a.c., las ciudades de la baja Mesopotamia se encuentran en no pocas dificultades, ya que empiezan a sentirse amenazadas por una serie de migraciones. Aquí podemos situar a Ur de los Caldeos. Gracias a los descubrimientos arqueológicos, hoy se sabe que, hacia el 1.950 a.c., con la caída de la dinastía III de Ur, una serie de invasiones de los pueblos elamitas por el este y de los amorreos por el oeste devastaron la Mesopotamia Inferior, obligando a sus habitantes a emigrar hacia la Alta Mesopotamia, en concreto hacia Jarán. Probablemente el clan de Téraj estaba entre estos grupos de emigrantes. Algunos habitantes se dedican al pastoreo. Está claro son nómadas. Necesitan nuevos pastos para sus rebaños. Tienen al río Éufrates como guía. No abandonan sus riberas. Caminan río arriba. Hacen las paradas que ellos creen convenientes. Conocen muy bien los periodos estacionales. Saben cuándo deben descansar. Los animales también tienen sus tiempos para dar vida a sus retoños. Es imperativo natural. No es una marcha de maratón. Son nómadas no deportistas. Bien es verdad que el libro no dice ni cuando empiezan, ni cuando acaban. Las fechas no son importantes. Tampoco las distancias. Ni siquiera los caminos. Es probable que no siguieran las vías de las caravanas. Ellos tienen sus caminos. Aunque al final la distancia sea grande, el caminar es lento. Sabemos cuál es el inicio, Ur de Caldea. Y también conocemos el final, Jarán. Para entendernos hoy, la distancia recorrida no sería inferior a 1.500 km. Es importante no olvidar qué significa en esa época el ser nómada. Es una vida dura. Las adversidades pueden ser de diversa índole. Unas son inherentes al nomadismo y otras son exteriores al mismo. El nomadismo no significa obligatoriamente que se sea apátrida. Ni siquiera en esta época cuyas fronteras de la nación son tan especiales. Ellos se sienten unificados, aunque sean clanes familiares. La pertenencia al clan puede ser lo más determinante. El clan no es algo estático sino en continuo movimiento. Es importante pertenecer al clan. Cuando la distancia a recorrer es grande se puede salir de las fronteras. Nunca del clan. Lo importante del nomadismo es que las raíces sobre el terruño, son débiles. Los nómadas arrastran tras de sí todas sus pertenencias. Están predispuestos tanto a abandonar ciertas pertenencias, así como poder adquirir otras nuevas. No todas ellas pueden ser de orden material. Nos referimos aquí a pertenencias de orden espiritual. El hombre de aquella época también tenía enseñanzas religiosas. Tenía creencias. En definitiva una religión. Podías dejar atrás creencias, dioses, de otras regiones. Pero los nómadas llevaban sus propios dioses, creencias. Además se podría asimilar los nuevos dioses. Los dioses eran característicos de cada región, ciudad, clan. Eran diferentes de los nómadas. La marcha es tan larga que han llegado a atravesar las fronteras naturales. Aunque permanecen en la misma cuenca del río, se adentran en otra cultura diferente. Están dentro de lo que se ha llamado Creciente Medio Fértil, pero en realidad, son dos regiones diferentes. Esto es importante, han abandonado Mesopotamia y se han adentrado en lo que podemos llamar Canaán. Ellos siguen siendo los mismos pero el entorno ha cambiado. Han cambiado de escenario. No será el último.