IDOLATRÍA. AMULETO. SUPERSTICIÓN. UN RELATO BÍBLICO.

¿Se puede adorar a Dios con fines políticos partidistas?

El Arca en la guerra de los Filisteos.

TEXTOS BÍBLICOS.

1 Samuel. [El Arca. Filisteos. Samuel.] 4. 2.- Se pusieron los filisteos en orden de batalla contra Israel; se libró un gran combate e Israel fue batido por los filisteos, que mataron, en campo abierto, cerca de cuatro mil hombres. 3.- Volvió el pueblo al campamento, y los ancianos de Israel dijeron: «¿Por qué nos ha derrotado hoy Yahvé delante de los filisteos? Vamos a buscar en Siló el arca de la alianza de Yahvé; que venga en medio de nosotros y que nos salve del poder de nuestros enemigos.» 4.- El pueblo envió a Siló y sacaron de allí el arca de Yahvé Sebaot que está sobre los querubines. 5.- Cuando el arca de la alianza de Yahvé llegó al campamento, todos los israelitas lanzaron un gran clamor que hizo retumbar las tierras. 6.- Los filisteos oyeron el estruendo del clamoreo y dijeron: «¿Qué significa este gran clamor en el campamento de los hebreos?» Y se enteraron de que el arca de Yahvé había llegado al campamento. 7.- Temieron entonces los filisteos, porque se decían: «Dios ha venido al campamento.» Y exclamaron: «¡Ay de nosotros! Nunca había sucedido tal cosa. 8.- ¡Ay de nosotros! ¿Quién nos librará de la mano de estos dioses poderosos? ¡Éstos son los dioses que castigaron a Egipto con toda clase de plagas en el desierto! 9.- ¡Cobrad ánimo y sed hombres, filisteos, para no tener que servir a los hebreos como ellos os han servido a vosotros; sed hombres y pelead!» 10.- Trabaron batalla los filisteos. Israel fue batido y cada cual huyó a sus tiendas; la mortandad fue muy grande, cayendo de Israel treinta mil infantes. 11.- El arca de Dios fue capturada.

1.- AMBIENTACIÓN HISTÓRICA.

Es complicado rehacer un relato histórico de la batalla de los Filisteos contra Israel. Cuenta la Biblia, en el primer Libro de Samuel, en su Capítulo 4, versículos 1 al 22, el episodio de la captura por los filisteos del Arca de la Alianza tras derrotar a Israel en la batalla de Eben-ezer: Desde su asentamiento en la tierra de Canaán, los filisteos se convirtieron en uno de los más encarnizados enemigos de Israel. La guerra de los israelitas con este pueblo pagano e impío era algo casi continuo. La batalla de Eben-ezer era uno más de estos enfrentamientos. a.- Salió Israel a encontrar en batalla a los filisteos: Durante este tiempo, no había ninguna potencia mundial (como Egipto y Asiria) que buscara dominar la región. Así que, las batallas que Israel libraba eran en contra de sus vecinos cercanos, como los Moabitas, Amonitas, o como en este caso, los filisteos. i. Israel podía competir en términos más equitativos con Moab y Amón, pero los Filisteos tenían mucha influencia de la lejana Grecia. El equipo militar griego (como los cascos, escudos, cotas de malla, espadas y lanzas) hicieron de los Filisteos un oponente formidable. Los Filisteos fueron las primeras personas en Canaán en procesar el hierro, y le sacaron provecho.

ii. Los Filisteos eran un pueblo inmigrante de la aristocracia militar de la Isla de Creta (Am 9,7). Hubo pequeños grupos de Filisteos en la tierra en el tiempo de Abraham; pero solo tomaron fuerza poco después de que Israel llegara a Canaán de Egipto. Ellos estaban organizados en cinco ciudades-estado.

b. “El tiempo nunca pareció más desesperanzador que cuando Samuel se levantó. Los filisteos, fortalecidos no solamente por un constante flujo de inmigrantes, sino también por la importación de armas desde Grecia, estaban reduciendo rápidamente a Israel a una condición de pueblo sometido.” (Smith, Comentario de Púlpito)

c. No deberíamos inferir por la conexión de Samuel habló a todo Israel y por aquel tiempo salió Israel a encontrar en batalla, que la batalla fue conducida por la dirección de la palabra de Samuel. Algunas tradiciones del manuscrito (evidentes en la Septuaginta) hacen claro que los Filisteos iniciaron este conflicto.

i. A finales de 1.970, se encontró una inscripción de cinco líneas en un silo de grano en las ruinas de Izbet Sartah. Una vez descifradas, se encontró que contenía un reporte filisteo de esta batalla, la captura del arca, incluso mención del sacerdote Ofni. Esta es la referencia extra-bíblica más temprana de un evento del Antiguo Testamento.

a.- Y corriendo de la batalla un hombre de Benjamín, llegó el mismo día a Silo: La batalla había sido librada cerca de Afec (1 S 4, 1), y había por lo menos una distancia de 20 millas entre Afec y Silo. El mensajero tenía un largo camino por recorrer, la ruta iba en su mayoría cuesta arriba, y llevaba muy malas noticias.

Al principio del Libro de Samuel, unos años antes de la implantación de la monarquía de Israel, se narra una de las tantas batallas que tuvieron lugar entre los filisteos y los israelitas. Los filisteos, que habían llegado a la región a través del mar, buscaban expandir sus influencias tierra adentro, en tanto que los israelitas se encontraban en plena conquista de Canaán.

Afec es una localidad que se encuentra, geográficamente, en la frontera entre la Planicie de Sharón y las Colinas de Samaria. Desde tiempos antiguos, Afec ha funcionado como una de las principales estaciones en la ruta comercial -Vía Maris- que unía a Egipto con los grandes imperios de Siria y Mesopotamia.

En una de las colinas de Samaria, a unos 5 km al noroeste de Afec, los arqueólogos Israel Finkelstein y Moshe Kochavi, de la Universidad de Tel Aviv, excavaron los restos de un asentamiento israelita que data de la época de la conquista de Canaán. Si bien no hay ninguna inscripción que relacione el lugar con el campamento de batalla israelita, la hipótesis de que se trata del Eben Ezer bíblico es ampliamente aceptada por la mayoría de académicos.

Por eso no es extraño que al llegar a Ashdod, antigua ciudad filistea, colocaran el Arca en el templo dedicado al dios Dagón (1S 5, 2).

Tras su devolución, el Arca de la Alianza fue guardada durante 20 años en Kiriat Yearim (actual Abú Gosh), hasta que el Rey David decidió llevársela a Jerusalén después de proclamarla capital de Israel. Con la inauguración del Templo, el Rey Salomón, hijo de David, colocaría finalmente el Arca en el Sancta Sanctórum.

El Reino unificado de Israel duró aproximadamente un siglo (c. 1.030-931 a.c.). Tres fuertes personalidades ocupan el trono: Saúl, David y Salomón.

Hacia el año 1.050 a.c. las tropas israelitas sufren una doble derrota frente a los filisteos, y el Arca de la Alianza, llevada al campo de batalla como garantía de victoria, cae en poder del enemigo. Esta catástrofe sin precedentes, que aseguró a los filisteos el dominio sobre las montañas centrales de Palestina, determinó un cambio profundo en la organización política de Israel. Los hombres más realistas comprendieron que el ascendiente personal de los líderes “carismáticos” no era suficiente para enfrentar a un adversario poderoso y bien organizado. Hacía falta una autoridad estable, es decir, un rey. Así se fue debilitando la resistencia de los grupos tradicionalistas, que consideraban la institución de la monarquía como una rebeldía contra el Señor, el único soberano de Israel. Una vez recuperada la paz, las aventuras del Arca de la Alianza en poder de los filisteos dieron origen a un relato popular lleno de humor e ironía, que ha sido incluido en los capítulos siguientes. Dicho relato quiere exaltar la gloria de ese símbolo tan sagrado para Israel, cuyo traslado a Jerusalén, durante el reinado de David, convertiría a la nueva capital del reino en la “Ciudad de Dios” (Sal. 46. 5). La derrota de Israel frente a los filisteos. En aquellos días, los filisteos se reunieron para combatir contra Israel. Israel les salió al encuentro para el combate, y acamparon en Eben Ezer, mientras los filisteos acampaban en Afec. 2 Los filisteos se alinearon en orden de batalla frente a Israel, y se entabló un duro combate. Israel cayó derrotado delante de los filisteos, y unos cuatro mil hombres fueron muertos en el frente de batalla, en campo abierto. 3 Cuando el pueblo regresó al campamento, los ancianos de Israel dijeron: “¿Por qué el Señor nos ha derrotado hoy delante de los filisteos? Vayamos a buscar a Silo el Arca de la Alianza del Señor: que ella esté presente en medio de nosotros y nos salve de la mano de nuestros enemigos”. 4 El pueblo envió unos hombres a Silo, y trajeron de allí el Arca de la Alianza del Señor de los ejércitos, que tiene su trono sobre los querubines. Jofní y Pinjás, los dos hijos de Elí, acompañaban el Arca. Marco histórico.

Con razonable probabilidad podemos situar los relatos en los siglos XI y X a.c. Hacia el año 1.030 Saúl es ungido rey, David comenzaría su reinado en Hebrón hacia el 1.010 y Salomón en el 971. Los grandes imperios atraviesan momentos de cambios y crisis internas y durante este largo compás de silencio pueden actuar como solistas sobre el suelo de Palestina dos pueblos relativamente recientes en dicho lugar: filisteos e israelitas.

http://sigloscuriosos.blogspot.com.es/2007/10/quines-eran-los-filisteos.html

2.- HISTORIA DE LA SALVACIÓN.

El Arca. Filisteos. Samuel.

Para “que” el Arca “viniendo entre nosotros nos salve de la mano de nuestros enemigos”. Buscaban la salvación en un objeto creado por la mano del hombre, no en Dios. El Arca era un símbolo del pacto de Dios con Su pueblo, pero NO ERA Dios. Sin embargo, los israelitas pensaban que teniendo el Arca entre ellos, en el campo de batalla, sería como si tuvieran a Dios a su lado. Pero Dios no es un objeto. Aunque queramos, no podemos encerrarlo en una cosa física forjada por nuestras manos. Dios es eterno, no tuvo principio y Su existencia nunca va a terminar. No podemos modelarlo a nuestro antojo y según lo que salga de los desvaríos de nuestra imaginación.

¿Cómo imaginarnos cómo es el Dios Santísimo con nuestra mente humana, totalmente corrompida por los pecados? Es inmortal, infinito (Dt 33, 27, Sal 90, 2, 1 Tm 1, 17). Dios es inmutable, es inalterable, Dios es absolutamente digno de confianza y fidedigno (Ml 3, 6, Nm 23, 19, Sal 102, 26-27). Dios es incomparable, no hay nada material ni ninguna persona como Él en obras o existencia, es inigualable y perfecto (2 S 7, 22, Sal 86, 8, Is 40, 25, Mt 5, 48). Dios es inescrutable, no tiene límite, no se lo puede llegar a conocer por completo, es insondable (Is 40,28, Sal 145, 3, Rm 11, 33-34).

¡¿CÓMO PENSAMOS QUE PODEMOS TENERLO ENCERRADO EN UN OBJETO, EN UNA FIGURA, EN UNA ESCULTURA?!