LA ASAMBLEA DIOESANA.
En los primeros años de la década de los cincuenta, antes incluso del inicio del Vaticano II, se reunían en París un grupo de ciudadanos para reflexionar en conjunto y encontrar respuestas al papel que querían desempeñar. Vivir activamente en su nueva condición de personas mayores, su compromiso de fe.
Estaban animados por André d’Humières, Léon Harmel y Anne-Marie Couvreur, los primeros tres laicos que pusieron los pilares de lo que hoy conocemos como Movimiento de Vida Ascendente.
Gracias al apoyo de monseñor Stanislas Courbe, Obispo auxiliar de París, se constituyó en Francia la asociación en 1.962.
En 1.996 en Roma, el Consejo Pontificio para los Laicos, reconoce la Vida Ascendente, como asociación internacional de fieles de derecho pontificio.
Desde el comienzo tenemos perfectamente esclarecido cuáles son los dos pilares organizativos del Movimiento. Un Movimiento de laicos. Una pertenencia a la Iglesia Católica. Son las dos caras de la moneda. No se puede entender la una sin la otra. Las dos son igual de importantes. Se podrá a veces ensalzar más una o la otra, pero si desapareciera una de ellas, desaparecería Vida Ascendente. No nos puede extrañar, pues, que la organización esté planificada bajo el manto de las diócesis y no de las Provincias.
La Asamblea diocesana, es así llamado el órgano más importante de la vida ascendente. Es el órgano rector del Movimiento. Es el antivirus que protege a Vida Ascendente. Es la primera estructura, después del grupo, que requieren los Estatutos. Se ha convertido en la piedra angular que da confianza y seguridad al Movimiento. Es el que analiza y controla las decisiones.
Solo hay que leer el artículo 48 de los Estatutos para darse cuenta de lo que piensan quienes crearon Vida Ascendente.
Si leemos con detenimiento el significado de algunas palabras: Adaptar, Aplicar, Examinar, Ratificar, Gestión, Formar, Nombrar, Concretar, Presentar,… Todas llevan un mandato expreso. Un sentido impositivo afirmativo de mandato. Es una posición directa de saber aquello que decide. Es el órgano Rector. No hay ninguna institución, a nivel diocesano, por encima de ella. El máximo órgano está representado en el Pleno del Movimiento.
Los miembros de la misma, no pueden ser otros que los elegidos por los grupos, Elemento primigenio de Vida Ascendente. Todos los elegidos son laicos. Miembro nato es el comité diocesano. El consiliario participará como parte del Comité diocesano.