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CAMBIO DE ESCENARIO. JOSÉ EN EGIPTO.

Emigración pacífica.

Textos Bíblicos.

Libro del Génesis.

Capítulo: 37.
25. Luego se sentaron a comer. Al alzar la vista, divisaron una caravana de ismaelitas que venían de Galaad, con camellos cargados de almáciga, sandáraca y ládano, que bajaban hacia Egipto. […]
28. Pasaron unos madianitas mercaderes y, descubriéndolo, subieron a José del pozo. Vendieron a José por veinte piezas de plata a los ismaelitas, que se llevaron a José a Egipto. […] 36. Por su parte, los madianitas, llegados a Egipto, lo vendieron a Putifar, eunuco del faraón y capitán de los guardias. […]

Capítulo: 39.
1. José fue bajado a Egipto, y lo compró un egipcio, Putifar, eunuco del faraón y jefe de los guardias; lo compró a los ismaelitas que lo habían bajado allá.

Capítulo: 41.
57. De todos los países venían también a Egipto para proveerse comprando grano a José, porque el hambre cundía por toda la tierra.

Capítulo: 42.
1. Vio Jacob que se repartía grano en Egipto, y dijo Jacob a sus hijos: "¿Por qué os estáis ahí mirando? 2. Tengo oído que hay reparto de grano en Egipto. Bajad a comprarnos grano allí, para que vivamos y no muramos." 3. Bajaron, pues, los diez hermanos de José a proveerse de grano en Egipto; […]

Capítulo: 45.
9. Subid de prisa a donde mi padre, y decidle: "Así dice tu hijo José: Dios me ha hecho dueño de todo Egipto; baja a mí sin demora. 10. Vivirás en el país de Gosen, y estarás cerca de mí con tus hijos y nietos, tus ovejas y tus vacadas y todo cuanto tienes.[…]
28. Y dijo Israel: "¡Esto me basta! Todavía vive mi hijo José; iré y lo veré antes de morirme." […]

Capítulo: 46.
3. "Yo soy Dios, el Dios de tu padre; no temas bajar a Egipto, porque allí te haré una gran nación. 4. Bajaré contigo a Egipto y yo mismo te subiré también. José te cerrará los ojos."

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1.- Ambientación histórica.

¿Por qué los Israelitas no salieron de Egipto cuando se acabó el hambre, motivo por el cual fue el causante de su llegada a Egipto?

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2.- Historia de la Salvación.

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Literatura extra bíblica.

http://www.clailatino.org/ribla/ribla23/la%20necesidad%20de%20la%20monarquia.html

Haroldo Reimer.

1. Texto, contexto e investigación literaria.

En la redacción final del Pentateuco, la historia de José (Gn. 37-50) es parte integrante de la historia de Jacob y del ciclo de los patriarcas. La historia de Jacob tiene su inicio en Gn. 25-26 y se extiende hasta el final del libro del Génesis. Uno de los hilos conductores de este largo arco narrativo son las genealogías (cf. Gn. 25; 30; 35; 36; 43). Ellas interconectan las partes de esta “historia expandida de Jacob”. También las bendiciones desempeñan un papel importante. (1).

En su posición actual dentro del Pentateuco, la “historia de José” sirve de puente entre el tiempo de los patriarcas Abraham y Jacob y el tiempo de Moisés y del éxodo. A nivel literario, con esa historia se busca dar una explicación del desplazamiento geográfico y la presencia de los descendientes de Jacob en Egipto para, así, desarrollar la narración de la liberación de Egipto (cf. Ex. 1,1-14). En el transcurso de la historia incluso hay trechos que claramente sirven de amarres intermediarios (cf. Gn. 46,1-4, donde se apunta hacia la futura liberación/subida).

En términos de género literario, la investigación es unánime en decir que Gn. 37-50 es una “novela” (2). Típico de una novela es seguir un guión de intrigantes y envolventes relaciones familiares para de manera ficticia representar y discutir conflictos y problemas de la realidad del pueblo, y hacer culminar la propuesta que orienta toda la historia.

El análisis literario de este complejo de Gn. 37-50 ha recibido respuestas distintas.

Desde los clásicos de la crítica literaria se ha afirmado que al igual que en muchas partes del Pentateuco, también en Gn. 37-50 se funden dos relatos continuos distintos: la “fuente yahvista” (J) y la “fuente elohísta” (E). (3). Esas dos fuentes habrían sido fundidas hasta formar un relato de nivel superior, el cual recibió posteriormente todavía algunos agregados del escrito sacerdotal (P). (4). Se afirma que esas dos fuentes, independientes en sus orígenes, tenían narraciones “no muy dispares entre sí, el hilo yahvista y el hilo elohísta, que fueron entrelazados aquí con mucha habilidad” (5).

Con la creciente pérdida de credibilidad de la teoría de las fuentes, esa respuesta literaria, a pesar de que aún se la encuentra en muchas obras, ya no es satisfactoria. Habría que preguntar más por la unidad del texto, y en especial por su composición, que perfectamente puede haber asumido elementos de procedencias distintas.

En esa dirección ayudaron a caminar los resultados de la investigación de Gerhard von Rad sobre este texto. (6). Su gran contribución fue haber destacado el carácter sapiencial de la historia de José (7). Este autor afirma que la historia está traspasada por un hilo sapiencial, que presenta figuras psicológica y antropológicamente distintas de las demás narraciones patriarcales y próximas a otros textos como la “historia de la sucesión de David” (2Sm. 9.-/- 1R. 2). La propuesta del autor es situar la historia de José como una narración didáctico-sapiencial para funcionarios de la corte de Jerusalén en el tiempo del así llamado “iluminismo salomónico”, en el siglo X a.c. (8).

Con eso se abrió camino para entender la historia de José con una gran autonomía, sin la premisa de la teoría de las fuentes (9), pudiéndose buscar determinar la forma y la intencionalidad propias de Gn. 37-50 antes de su inserción en el ciclo de los patriarcas y en el Pentateuco. A partir de ahí, varios investigadores han hecho propuestas para entender la historia de José como una composición literaria autónoma. Esta utilizó diferentes materiales y sufrió algunos añadidos de textos e interpolaciones para adecuar la historia al hilo narrativo de todo el Pentateuco. (10).

Así pues, entendemos la novela de José como una composición autónoma que sufrió algunas alteraciones y agregados cuando se produjo su inserción en la obra mayor del Pentateuco.

En el próximo paso cabe plantear la pregunta por el más probable contexto histórico del surgimiento de la historia de José. Necesitamos ser conscientes del carácter hipotético de cualquier reconstrucción histórica a partir de un texto delimitado por recursos de crítica literaria. Se debe partir de la premisa de que la novela de José con certeza traspasa el estrecho ámbito del conflicto familiar. Lo que se discute en esta historia tiene que ver con la vida del pueblo de Israel como un todo y con las organizaciones sociales necesarias para mantener la vida de este pueblo (cf. Gn. 50, 20s).

¿A qué época nos remite la historia de José?

2.- Contexto histórico.

Aquí vamos a enlistar algunas propuestas comúnmente afirmadas en la investigación:

1). La respuesta tradicional de la teoría de las fuentes es localizar una de las supuestas narraciones constituyentes, la fuente “J”, de la historia de José en Judá, durante el reinado de Salomón. La otra supuesta narración, de la fuente “E”, tendría su origen en el reino del Norte, alrededor del 800 a.c. La fusión de las dos narraciones habría acontecido después del 722 a.c. en el reino del Sur (12). 2). Independientemente de la teoría de las fuentes, resaltando el carácter sapiencial, se ha sugerido situar el contexto de la historia de José en la época del llamado “iluminismo salomónico”, en el siglo X a.c., en la corte de Salomón. La función principal de la novela habría sido servir de tratado didáctico para la formación de funcionarios en y para la corte del reino unido (13). 3). La tesis defendida por Frank Crüsemann es la de que, como novela, la historia de José es un playdoier para legitimar el poder de los funcionarios del Estado monárquico y de la política de tributos del imperio (14). Para él, la historia de José es un escrito de propaganda del gobierno monárquico, cuyo surgimiento puede ser postulado en los inicios de la monarquía en Israel, en el siglo X a.c., posiblemente todavía en los tiempos de David o en los comienzos del reinado de Salomón. 4). Para Erhard Blum, la historia de José debe ser entendida como una obra que surgió en las inmediaciones de la corte del reino del Norte, probablemente en el siglo VIII a.c. Se trataría de una auto-presentación del reinado de las tribus de José (Efraín y Manasés, cf. la bendición en Gn. 48,11-22), en su grandeza y posición de realce. (15). 5). A. Meinhold ha sugerido entender la historia de José como una novela de la diáspora judeo-israelita en la época del post-exilio. (16). Según él, el tema central de la novela, que Meinhold interpreta en analogía al libro de Ester, sería la “presentación y la interpretación de la existencia como diáspora de la comunidad judaico-israelita”. Yahvé estaría manteniendo su “elección” a través del destaque de figuras de su pueblo que tendrían significado no sólo para la vida del propio pueblo, sino también para otros pueblos. El problema central de esta propuesta es que en la novela de José básicamente no se trata de la cuestión de la ley, tan importante para el judaísmo post-exílico. En nuestra interpretación de la historia de José asumiremos a grandes rasgos la propuesta de Frank Crüsemann, entendiendo la historia de José como un escrito de legitimación del Estado tributario, de sus funcionarios y de su política. Con artificios sapienciales y teológicos, tiene la intención de defender la idea básica de que el Estado, sus funcionarios y su política de tributos y almacenamiento de alimentos, son necesarios para mantener la vida del pueblo. (cf. Gn 50, 20).

¿Cómo se puede percibir este contexto en Gn. 37-50?

La historia de José (Gn. 37-50) es una incitante y cautivadora “novela” del Antiguo Testamento. Ocupa trece capítulos. Cierra el ciclo de la historia de los patriarcas y sirve de puente para la historia de la liberación de Egipto (Ex. 1-15).

Parece ser una simple “historia de familia”. Ella narra las vicisitudes acontecidas en la vida del patriarca Jacob y de sus hijos. Enfoca en especial la figura del hijo más joven, José, y su conflicto con los otros hermanos, o mejor: de éstos con José por causa de sus sueños presuntuosos (Gn. 37). Se narra cómo los hermanos se deshacen de José vendiéndolo a Egipto (Gn. 39). En Egipto se enfoca la trayectoria ascendente de José en la corte (Gn. 40), y se destaca su habilidad, discernimiento y capacidad organizativa (Gn. 41). El hambre y la necesidad llevan a los hermanos a Egipto (Gn. 42-44). Este es el momento en que José revela el sentido de su opción y la conducción divina (Gn. 45). Los hermanos se someten a la nueva situación (Gn. 45). Al final, se da un clima de reconciliación y de perdón general entre los hermanos (Gn. 50). La historia termina con la enseñanza teológico-sapiencial de que “Dios cambia el mal en bien” (Gn. 50,20). Como tal, la historia de José es una larga y conmovedora enseñanza para la práctica del perdón y de la reconciliación y del discernimiento de la actuación de Dios en la historia.

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Breve exposición.

La necesidad de la monarquía para salvar al pueblo.

http://www.clailatino.org/ribla/ribla23/la%20necesidad%20de%20la%20monarquia.html Haroldo Reimer.

Este artículo busca primeramente presentar algunos aspectos de la investigación literaria e histórica sobre el texto Génesis 37-50. Después de una tentativa de estructuración del texto, sigue un ensayo de interpretación. Ahí se destaca que la historia de José es una novela con material sapiencial. Como novela familiar busca presentar la monarquía como necesaria para salvar la vida del pueblo. El texto, probablemente, tuvo su origen en el tiempo del llamado “iluminismo salomónico”, y recibió algunos añadidos cuando fue incluida en la obra general del Pentateuco.

Esa historia no es gratuita. Como toda historia-novela tiene una intencionalidad y un objetivo implícitos. De la misma forma, tiene una pluridimensionalidad. Como producto de un largo proceso de formación y transmisión tiene acentos distintos en momentos históricos diferentes y a partir de perspectivas distintas.

En el presente ensayo tratamos de plantear la pregunta por la intención y los objetivos de la historia de José. Intentaremos hacer un ensayo de interpretación histórico y social de Gn 37-50.

3. La necesidad de la monarquía para salvar al pueblo.

El punto de partida para todo el desarrollo de la historia de José son los sueños presuntuosos de José, en el capítulo 37, y la consecuente reacción de sus hermanos (Gn. 37-38). A partir de ahí todo se desarrolla como un guión bien montado hasta su desenlace en el capítulo 50. Nuestro esbozo de interpretación seguirá los momentos más importantes de ese guión.

1).- Predilección y sueños presuntuosos. (Gn. 37). En verdad, son dos los motivos que dan inicio a la trama conflictiva de la historia de José. Por un lado, la “túnica talar de mangas largas” (Gn. 37, 3) que José recibe de su padre delante de los hermanos, como símbolo de su predilección por aquél. El término hebreo para esta vestimenta (ketonet passim) solamente aparece una vez más en 2Sm. 13, 18, usada por un miembro de la familia real. Si se toma únicamente el primer elemento de la expresión (ketonet), éste designa en especial la vestimenta de sacerdotes y funcionarios reales. (17). El manto prefigura ya una posición especial de José, lo que desencadena el odio de los hermanos.

Conflictivos también son los sueños presuntuosos de José, tanto el sueño de las gavillas en el campo, que se inclinan ante la gavilla de José (Gn 37, 6-8), cuanto el sueño del sol, de la luna y de las doce estrellas que se inclinan ante José. (37, 9-11). La interpretación de los sueños es dada por la reacción tanto de los hermanos (37, 8) cuanto del padre. (37, 10).

El descontento con el sueño presuntuoso se muestra de forma más clara en la interpretación de los hermanos: “¿Reinarás en efecto sobre nosotros? ¿Y sobre nosotros dominarás realmente?” (Gn 37, 8).

Aquí están marcados dos términos de profunda significación política. Tanto el verbo malak cuanto maxal significan ejercer el dominio político, en particular en la forma del sistema del Estado monárquico. (18). Los sueños son entendidos como la pretensión de José de ejercer el papel de rey o de participar de la administración real. Esto es subrayado en la reacción del padre (37, 10), donde el término “inclinarse” (hebreo: histahawah) significa el postrarse delante de un monarca o sacerdote.

Si tomamos el inicio de la monarquía en Israel como el contexto histórico de esta novela, entonces el inicio de la historia de José apunta a un conflicto básico en la sociedad de la época.

Este era el conflicto entre grupos y personas que deseaban y apoyaban la institución de la monarquía (cf. 1Sm. 8) y los representantes del sistema tribal, que continuaban defendiendo una organización descentralizada tendencialmente igualitaria. En la trama inicial, los hermanos y el padre son presentados como adeptos del orden tribal y José como el presuntuoso que desea tomar parte de la monarquía y del sistema tributario aún en fase de sedimentación. Eso desencadenaría los celos y la reacción de los hermanos.

Ese sentimiento de rechazo tiene su expresión a partir de Gn 37, 18, donde se relata que los hermanos “conspiraban contra él para matarlo”. El término “conspirar”, por regla general, designa la intención de “golpe” contra el gobernante. Es una tentativa de eliminar el mal por la raíz, lo que en la situación conflictiva de la época no debe haber sido fuera de la común. A final de cuentas, alguien que deseara la realeza era alguien que pretendía reintroducir lo que durante dos siglos se pretendió superar.

La intervención de Rubén (Gn 37, 21s.29s) y de Judá (37, 26s) para no matar a José puede significar una posición intermedia, esto es, simbolizar a personas y grupos que no deseaban el conflicto armado y de sangre para eliminar a los pretendientes al poder. Así, José, vendido a los madianitas, es excomulgado del orden tribal.

2). Legitimación religiosa. (Gn. 39). El final de Gn. 38 acentúa la caída social de José, quien es vendido a Egipto. Gn 39 retoma ese hilo narrativo. José cae de hombre libre a esclavo, de esclavo a prisionero.

Esa trayectoria es marcada por un fuerte componente religioso. Este se expresa con la repetida fórmula: “y Yavé estaba con él” (37, 2s. 5. 21. 23). No menos de siete (!) veces se menciona en Gn. 39 que el Señor (Yahvé) está con José. Al nivel de la narración eso significa que José es presentado como alguien protegido de manera especial por Yahvé, quien “va esparciendo bendiciones a su alrededor” (19). De esta forma se prepara al oyente/lector para aceptar todo lo que José haga como algo legitimado por Dios.

Retomando el contexto postulado para esa novela, podemos recordar que una de las grandes luchas en los inicios de la monarquía en Israel fue la necesidad de su legitimación religioso/yahvista. Era necesario cooptar a Yahvé, aquel que fomenta el sistema tribal igualitario, hacia el lado de la monarquía como su garantizador y legitimador. Recordemos en particular la legitimación religiosa del inicio del reinado de David (cf. 1Sm. 16, 13: “el Espíritu del Señor se posesionó de David”). Hay una insistencia en decir que Yahvé está con David, así como aquí está con José.

3). Discernimiento y talento organizativo. (Gn 40-41). Gn. 40 prepara el ascenso de José. El medio para eso es la interpretación de sueños. Aquí se retoma, de cierta forma, el inicio de la historia. Finalmente, con sus sueños presuntuosos José se vio llevado al poder. Con la interpretación de los sueños del copero (40, 9-15) y del panadero (40, 16-19), la novela presenta el excelente discernimiento de José. En el mundo antiguo, la interpretación de los sueños era expresión de discernimiento, sabiduría y talento. El propio rey Salomón inauguró su reinado a través de un sueño que lo ubicaba como rey justo y sabio (1R. 3). Tales cualidades de sabiduría y discernimiento son presentadas como atributos dados por Yahvé (cf. Gn 40, 8): “¿por ventura no pertenecen a Dios las interpretaciones?”.

La trayectoria de la ascensión de José continúa en Gn. 41, ahora con relación a los sueños del Faraón. Su discernimiento y sabiduría, revelados a través de la interpretación del sueño (41, 25-36), agradan al mandatario y éste confiere a José poder para desarrollar su talento. Pasa a ocupar el más importante puesto en el primer escalón del gobierno (41, 37-45).

El talento organizativo de José es demostrado en Gn 41, 47-57. En la interpretación del sueño en Gn 41, 34-36 ya se había indicado la necesidad de la política de almacenamiento de alimentos para superar los años de las “vacas flacas”. Ahí se hablaba de la entrega de la “quinta parte” (v. 34) y de tributos sobre “toda cosecha” (v. 35). En la ejecución de la política de almacenamiento, sólo se habla de la recolección de “todos los víveres que hubo en la tierra” (v. 48). Esto ciertamente se refiere al excedente no consumido durante los años de las “vacas gordas”. Este excedente era almacenado en graneros en las ciudades (v. 48) para, en los tiempos de carestía, ser “vendido” a los egipcios. La instalación de tales “ciudades-graneros”, que en Gn. 41, 48 es relatada como obra de José, coincide con 1R. 9, 19 donde tal organización es atribuida a Salomón. Hasta el verbo hebreo kwl pilp, “sustentar a alguien con la entrega de víveres”, aparece tanto en la historia de José cuanto en 1R. 4,7 y 5,7 con referencia a la política de Salomón.

La política de almacenamiento de alimentos realizada por José es, en verdad, el incremento del sistema tributario al inicio de la monarquía. Si un texto como 1Sm. 8, 11-17 (“derecho del rey”) critica las prácticas del reinado como algo “para el rey”, aquí, en la historia de José, se presenta estas mismas prácticas como algo necesario; sí, incluso indispensable para la vida del pueblo: Lo que se presenta aquí es al sistema tributario “salvando” al pueblo… El pueblo necesita creer que está siendo “salvado”. Así se presentó la monarquía, tanto en Egipto como en Israel: como salvadora de un pueblo con hambre. ¿Quién podía saciar esa hambre? No el sistema igualitario de las tribus, sino el sistema tributario de Egipto y de las ciudades-Estado cananeas, contra el cual los campesinos tanto habían luchado. (20).

Gn 42-44 tiene ahora la función de presentar cómo el pueblo creyó y comprobó la eficacia del sistema “salvador” organizado por José.

4). “Salvados” por el sistema tributario. (Gn. 42-44). En Gn 42-44 ya se está camino de la reconciliación de los hermanos con José. Se narra aquí la “bajada” de los hermanos a Egipto, movidos por una situación de hambre. Bajan con la intención de “comprar” comida. Las dos “bajadas” a Egipto son justificadas con la expresión “para que vivamos y no muramos” (42, 2; 43, 8).

En el desarrollo de la novela, ahora es la hora de que los hermanos comprueben en la práctica la eficacia del sistema tributario organizado por José.

En estos capítulos también se narra la concreción de las escenas de los sueños presuntuosos de José. Si allá las gavillas, el sol, la luna y las estrellas se inclinaban, ahora son los hermanos quienes se inclinan ante José (cf. 42, 6); 43, 26.28: en hebreo, histahawah; cf. asimismo 44, 14; 50, 18: en hebreo, nafal). Se destaca de este modo la importancia de la trayectoria de alguien como José. Quien opta por la participación en el sistema tributario está, así lo quiere afirmar la novela, ayudando a mantener al pueblo con vida. Con bastante carga emocional, se muestra en la práctica la necesidad del reinado y de su política tributaria. Con emoción se transmite al oyente/lector la justificación de la monarquía.

Esta emocionalidad ideologizada aumenta todavía más en la escena en que José se revela a los hermanos.

5). Emoción e ideología. (Gn. 45,1-15). Aquí ya se está más cerca de la reconciliación. La emoción crece. José se revela a los hermanos. Pero lo hace interpretando teológicamente el conflicto de éstos con él. Afirma: “no fuisteis vosotros los que me enviasteis acá, sino Dios” (45,8). La relación conflictiva es teologizada. Yahvé es tenido como el arquitecto de toda la trayectoria de participación en la administración monárquica. El Dios -Yahvé- liberador del éxodo y de las luchas campesinas (cf. Ex 15, 21; Jc. 5) es presentado como el garantizador del sistema tributario. Gn 45, 7 es tajante en este sentido: Dios me envió delante de vosotros, para garantizar vuestra sobrevivencia en la tierra y para que vosotros preservéis la vida para una gran liberación.

Al mostrar esa protección y providencia de Yahvé respecto a José, la novela tiene la clara intención de presentar al Yahvé de las tribus y del sistema tribal como el Dios que ahora bendice el sistema tributario. Históricamente, esa “inversión ideológica” (21) es probable que coincida con la cooptación y la transferencia del arca de la alianza por David a Jerusalén, y más aún con la construcción de un templo para Yahvé en la capital en la época de Salomón.

6). Usufructuar y bendecir el sistema. (Gn. 45,16; 46,7). La gran dosis de ideología monárquica en este capítulo se muestra todavía en Gn. 45, 16-28 y en los capítulos siguientes. Los hermanos son ricamente regalados por el Faraón y, de ese modo, por el sistema tributario (45, 16-28). Aquí, con exageraciones históricas, únicamente se habla de las ventajas del sistema. En ningún momento hay referencia alguna a las desventajas o a algo como opresión y explotación. Eso ya prepara la escena de Gn. 46, 1-7, donde se narra que Jacob y su familia también bajan a Egipto. De una postura inicial contraria y crítica, pasan ahora a usufructuar del sistema.

Después de la bajada de Jacob-Israel y su familia a Egipto, la novela da un paso más. En Gn. 47, 1-12 el interés está volcado hacia una reconciliación de Jacob-Israel con el Faraón. El representante patriarcal del sistema tribal es presentado al Faraón para que le confiera a éste reconocimiento y hasta la bendición (cf. Gn 47, 7).

Esto tiene su continuación en Gn. 48 en la escena en que Jacob bendice al propio José (Gn. 48, 15). Ahora no sólo el sistema es reconocido, sino que es reconocida y bendecida la opción de José de participar de la administración del sistema tributario. (22).

¿Y Gn. 47, 13-26? En ese trozo son llevados al extremo los resultados de la política de almacenamiento. Primero, el pueblo necesita “comprar” los alimentos que él mismo produjo. Después, ante la falta de dinero, entrega sus rebaños. El próximo paso es la entrega de la tierra y la renuncia a la libertad. Finalmente, todo el pueblo sería “esclavo” del sistema y el Faraón el único dueño de la tierra. Varios autores han acentuado que este trozo es probablemente un añadido, pues llevado al extremo rompe la lógica de la propuesta “salvadora” de la novela. (23).

7). El gran final: la necesidad de la monarquía para salvar al pueblo. (Gn. 50). El capítulo final de la historia de José trabaja de nuevo con una gran carga emocional. Aquí la novela llega a su desenlace. Desde la trama inicial en el capítulo 37, el objetivo de la historia era la reconciliación de los hermanos con José. Eso, no obstante, solamente podría acontecer con base en la aceptación de la posición especial de José dentro del sistema monárquico tributario. “Lo que al inicio desencadena un rechazo violento, al final es aceptado y reconocido en su sentido profundo y divino” (24).

Ese gran final se verifica sobre todo en Gn. 50, 15-21. Tras la muerte y la lamentación de Jacob, los hermanos se dirigen temerosos a José con un pedido de perdón por lo que le habían hecho. Se repite una vez más la escena de inclinarse (cf. 50, 18), tema de la novela desde el inicio. Y luego sigue la famosa respuesta de José: Vosotros intestasteis el mal contra mí, sin embargo, Dios lo transformó en bien, para hacer lo que se cumple en este día: hacer vivir (salvar) a un gran pueblo. (Gn. 50, 20).

La novela termina con la mención del “mal” (ra’ah) y el “bien” (tob), términos centrales para el pensamiento sapiencial. “Mal” habría sido lo que los hermanos (tribus) intentaron hacer contra José, es decir, contra su opción de participar en el sistema tributario. “Bien” es lo que Yahvé-Dios realizó a través de la trayectoria de José. El objetivo de todo es: salvar la vida del pueblo. Y Yahvé es presentado como el arquitecto de todo ese plan. Si hasta Yahvé acepta y participa en el sistema tributario, ¿por qué el pueblo no iría a cambiar de opinión, aceptar y participar?

Conclusión: El texto de Gn 37-50, con su enorme fuerza narrativa, sus muchos entrelazamientos, su antropología sapiencial, sus interrelaciones sincrónicas en el Pentateuco, ciertamente no puede ser resumido apenas a una única línea de interpretación. El texto es polisémico y pluridimensional. No obstante hay un mensaje básico que la novela de José quiere transmitir a sus oyentes/lectores: la monarquía es necesaria para salvar la vida del pueblo. Eso es lo que quisimos destacar en este artículo.  

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Bibliografía. Enlaces: www.

Índice de artículos de Biblia-Egipto.
Otra extraña anomalía del Antiguo Testamento.
La necesidad de la monarquía para salvar al pueblo. Haroldo Reimer.
José en Egipto. Wikipedia.
La historia de José. Gerardo Jofre.
La relación existente entre el antiguo Egipto y la Biblia. Egiptología.com. Gerardo Jofre.
¿Qué ha aportado la civilización egipcia al Pentateuco? Egiptología.com. Gerardo Jofre.
La Biblia y el Libro Egipcio de los Muertos. Egiptología.com.
Las Identidades Duales de José, Moisés y Josué. Domainofman.com
Ciclo de José.

Subido a la Red: 16-Mayo-2.014.

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